Parece que me levanté enojado, no sé por qué, o con quien. Me levanté enojado de este pinche mundo que a veces está para el carajo, de ver jetas y anuncios partidarios por todos pinches lados, de saber que hay seres humanos con 0.01% de humanidad y con el maldito enojo de no poder hacer nada.

Me levanté enojado, con mi ex que es como piedra de repente, con mi jale porque siento que a veces me faltan manos para poder terminar.

Me quedé emperrado con el otro cabrón que me hizo sentir como el malo cuando solo estaba viendo por mí mismo, me amargue por el comentario que un cabrón me hizo al terminar mi primera vez que ni la consentí “pensé que estabas más delgado”, vete a la mierda.

Recordé a mis ex amigos que no valían ni un queso, me enojé porque recordé lo pendejo que era y que llegué a ser, con ganas de decirme, cabrón dale mente y menos emoción. Total, me levanté enojado.

Pero muy mi pedo; comprendo que es muy mi harto pensar el estar, y sobre todo el quedarme enojado, y la neta parece que me gusta estarlo. Le encuentro un cierto placer, como si de alguna forma se silenciara todo ese desmadre emocional que me rodea. La verdad si me gusta mentar madres.

Me gusta mentarle la perra madre a la vida por como está ahorita, aun sabiendo que no esta tan culera, me gusta mentarme la madre a mi mismo, porque de repente siento mucho, pero me protejo poco. Me gusta amargarme con mi café en las mañanas en ciertos días porque me concentro el doble.

Le encontré un amor al enojo por que muchas veces me saco de muchos malos lugares.

Está muy rico mentar madres por todos lados, pero no es de siempre, a lo mejor solo hoy me levante enojado.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *