Desde el cielo bajó una mañana, la… ¡Basta! No ha bajado nadie aún, estamos en octubre. Pero antes de que empiecen los rituales de temporada de las diez mil caretas, yo, personalmente, quiero saber qué voy a hacer esta temporada: ¿cargar la virgen o tronar cuetes?
Personalmente, no soy muy fanático de estas festividades. Creo que son épocas donde los sentimientos están a flor de piel, creo que ya es parte de la programación mental que nos han inculcado, donde «tienes que» estar feliz a huevo porque, sencillamente, la temporada lo demanda.
Dejas de lado las preocupaciones que tuviste la mayor parte del año, y duplicas las pasadas de tarjeta, sencillamente para cerrarlo “bien.”
– Mi tarjeta ya se dio de baja para esta festividad porque viene bastante golpeada por los meses anteriores.
Retomando el punto de «cargar vírgenes o tronar cuetes», ¿a qué se refiere? Hay dos tareas importantes: una es cargar la virgen (tarea solemne y seria), y la otra es tronar los cuetes (más festiva y alegre).
Creo que, por más que intentemos ser multitareas, siempre una cosa termina saliendo mejor que la otra. Y es donde todo el trabajo que hiciste para ti, para tu contexto, y en general, se pone en riesgo durante este periodo festivo con la hermosa frase:
– «Relájate, ya se acabó el año, vamos a tronar cuetes y que la virgen se cargue sola…»
Esa frase me ha llevado a pasar cinco navidades ebrio, dos de ellas mala copa familiar, una en golpes con mi carnal (no por terrenos) y otra deprimido existencialista que te cagas, porque, “¡Relájate, ya se acabó el año…!”
El año pasado, decidí hacer algo diferente, mandé a la fregada los cuetes y me puse a cargar la virgen. Y creo que fue, desde hace mucho, la temporada más tranquila en comparativa con las de años pasados que he tenido. (aunque también la edad jugó su papel).
Es cuando te das cuenta de que, cuesta más recoger el desmadre que se hizo por tronar cuetes antes de tiempo, que seguir cargando la virgen como lo hiciste todo el año.
– ¿Y si mejor dejamos los cuetes para el final, cuando llegue la virgen completa? ¿No sería mejor?
Esta frase o dicho no aplica solo en esta temporada; hay que tener claridad de lo que estamos haciendo, para qué lo estamos haciendo y con qué objetivo. Así podremos preguntarnos: «Entonces, ¿hoy qué? ¿Sigo cargando la meta que tengo o me relajo por temporada?»
Yo, por eso, puse a descansar un rato la virgen, y los cuestes… ya te platico si se tronaron o solo fue un show de luces.