Ganar la batalla y perder la guerra

Esas batallas de guerra emocional con sabor amargo. Algo similar al sabor de una cerveza que dejaste en el carro, esa cerveza que trajiste paseando por tres meses cuando de repente un día recuerdas que existe y se te hace buena idea ir a buscarla. Bueno, exactamente con ese sabor amargo pero necesario. Quisiera confesar que pareciera que me encantan ese tipo de victorias, casi encasillándome como parte de esas